Hace algunos
días, en aquellas interminables conversaciones sobre cualquier tema, un amigo me
preguntó que significaba para mi cultura. Lejos de los conceptos científicos y dogmáticos
de dicha palabra, intenté darle un sentido personal a mi respuesta. ¿Qué es
cultura?
La verdad,
yo no estoy seguro aún cuál puede ser el concepto estático y definitivo de
aquella lo que consideraría, parafraseando a Antonio Cisneros, como una inmensa
pregunta celeste. Y no estoy seguro porque para hablar de cultura, uno debe
empezar a mirar el mundo en su totalidad. En su amplitud.
Mirar el
mundo con estos ojos es encontrar y descubrir en cada detalle, en cada golpe inédito,
en cada emprendimiento creativo una explicación, un pedazo de lo que podría llamarse cultura.
La cultura,
para mí, entonces, significa todo aquello que ha permitido que yo, y ustedes también,
puedan descubrirse como seres valiosos, como sujetos capaces de encontrar una
forma de aprender y enseñar.
La cultura,
para mí, significa a veces tomar un avión (o un bus) e irme lejos, muy lejos,
allá en la Sierra, y buscar un pueblito que me conduzca por caminos serpenteantes.
Allí, mirar el cielo y ver las estrellas, estrellas que mis antepasados,
aquellos que ocuparon la tierra cientos, miles de años atrás, nombraron como
protectores.
La cultura,
en ese sentido, es escuchar, con emoción sincera, el corazón oprimiéndote el
pecho, la piel erizada, las historias sobre tu origen, sobre tu contexto, sobre
tu tiempo narradas por tu abuela, con un estilo realista-mágico.
La cultura,
claro, es emocionarte aún por todas las canciones que escuchas en el micro y
forman parte de una suerte de banda sonora permanente de tu vida. Son las películas
que descubres, fascinado, por primera vez en una sala de cine.
Significa
tomar por primera vez un libro y maravillarte por sus historias, por querer
alguna vez escribir así. Es creer que Dante Alighieri y Alejandro Dumas podrían
ser tus amigos. Es descubrir por qué alguien como Mario Vargas Llosa puede ser
admirable, más allá de cuantas veces lo mires en televisión.
La cultura,
para mí, claro está, significa respeto. Respeto e interacción con aquellos
conocimientos ajenos. Es conservación y comprensión. Es democracia. No es
menospreciar las opiniones de los demás, no es excluir.
Todos
hacemos cultura. Todos somos creativos. Y para la cultura, un creador que confía en su creatividad y la
defiende, la promueve, a veces de modo solitario y con teca esperanza, es nada
más y nada menos que un pionero.
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